domingo, 19 de mayo de 2013

"Placer de la vida": la comunicación


Los placeres, qué haríamos sin ellos, son los que nos motivan y los que acaban siendo nuestros vicios. Es imprescindible que todos los individuos del planeta tengan accesibilidad a estos. Pero… ¿qué es placentero para cada uno?


Las personas presentan ciertas inclinaciones hacia distintos placeres pues experimentarlos es algo muy personal. Nunca antes me había parado a pensar que me resulta placentero únicamente a mí, pues ahora mismo rondan por mi cabeza muchas cosas, sin embargo éstas también resultan placenteras para la mayoría. Escuchar música, dormir, comer y un largo etcétera son acciones que me gusta realizar pero no tienen nada de especial.


Por lo tanto, aquello a lo que puedo asignarle el nombre de "pequeño placer" es hablar con los individuos que me rodean y sentir que éstos participan en la conversación. Es algo insignificante a lo que estamos acostumbrados por lo que no suele aparecer satisfacción al intercambiar diversas palabras con las personas que nos rodean. Sin embargo a mi me resulta fascinante que existan personas dispuestas a contarte miles de historias, consejos, tonterías... no presenta importancia lo que el individuo suelte por la boca pues el mero hecho de que se dirija a mí, me observe detenidamente, me preste atención y me dedique su tiempo, es satisfactorio.



Mantener conversaciones es divertido dado que a veces resulta interesante conocer la forma de ver el mundo de aquellos que se encuentran a tu alrededor.

"Intercambiar ideas, discutir, llegar a un acuerdo, alagar, respetar..."

Reconozco que no soy una persona extrovertida, sin embargo me gustaría serlo y creo que con el tiempo lo conseguiré. Esta característica que me define hace que la mayoría no se acerque a mí para mantener una conversación por eso me resulta placentero cuando hablo con alguien personalmente.


 También me agrada cuando me llaman por teléfono, es un tanto increíble que existan personas con ganas de escuchar mi extraña voz, la cual considero bastante peculiar (como mi forma de escribir). Debo reconocer que me gusta parlotear con las personas que se muestren dispuestas a ello aunque siento preferencia por algunas. Hablar con personas que tienen experiencia vital  o aquellas que presentan algún tipo de hobbie fuera de lo común siempre tienen algo interesante que aportar pues son cosas que desconozco y las cuales despiertan atención en mi ser.

 También me gusta hablar con mi padre, nuestras conversaciones, a mi parecer, son entretenidas y siempre acaban con una enseñanza; y sobre todo con mi monitor de natación que siempre me dedica sus mejores e ingeniosas vivencias. El mero hecho de hablar con personas que presentan características extremadamente diferentes y gustos diversos me resulta placentero y, a su vez, beneficioso ya que me permite ampliar mis conocimientos y descubrir detalles de los que nunca había oído hablar.


Cabe decir que existen multitud de temas de los que hablar y como es evidente, tengo preferencia por unos más que por otros. Es interesante conocer cómo afrontan otros este juego de hacer exámenes y aprobar asignaturas o cómo era la vida anteriormente. A pesar de todo, entre los temas estrella siempre permanecerán los gustos musicales y cinematográficos junto a los libros y los acontecimientos del día a día.

Observar las distintas reacciones de las personas dependiendo de la información que estén recibiendo sus respectivos cerebros también me produce un leve placer dado que es divertido y me permite indagar en el carácter de estas.

 A medida que voy desarrollando este artículo me estoy percatando de que no podría vivir con normalidad si no tuviera lugar al menos una conversación al día. Me encanta comunicarme con el mundo exterior ya sea de forma verbal o escrita aunque no niego que me resulte atractivo explorar mi interior y hablar conmigo misma. Aunque se trata de algo chocante, mantener una conversación contigo mismo no es nada del otro mundo, la mayoría de las veces lo hago involuntariamente pero aquellas en las que si estoy presente realizo una especie de monólogo interior rarísimo el cual carece de sentido.


 Desde mi punto de vista este pequeño placer no es realmente único y exclusivo de mi persona, como bien sabemos el ser humano tiene la necesidad de comunicarse, somos seres sociales, por lo que otros muchos individuos también reconocerán el dicho como uno de sus pequeños placeres vitales, no obstante darse cuenta de esta interesante acción que realizamos rutinariamente, lo es, se trata de algo menos común.


"La comunicación, esencial para los individuos humanos, placentero para una alumna de segundo de bachillerato"

Me hizo llorar...


Los sentimientos y las emociones conviven con las personas ocupando un lugar destacable en sus acontecimientos. Estos elementos que conforman nuestro ser son los responsables de la pérdida de lágrimas por los ojos y la extrema apertura de la boca emitiendo, a veces, un sonido ensordecedor. Existen cosas, momentos o sonidos que tienen esa habilidad innata de producir cierta reacción por parte del individuo.

Es cierto, que la mayoría de las personas comparten motivo de llanto o alegría pues todos estamos de acuerdo en que la muerte de una persona nos provoca un sentimiento de dolor haciendo que emitamos toda nuestra rabia en forma de pequeñas gotas que resbalan por nuestro rostro. Al igual que nadie niega la aparición en un primer momento de una sonrisa, y seguidamente, la expulsión de una carcajada al ser testigo de una broma.


 Múltiples cosas nos hacen reír y llorar a lo largo de nuestra vida, algo que, a mi parecer, es vital para el desarrollo emocional y psicológico humano.  Lo cierto es que cada individuo presenta sentimientos muy distinto con respecto a un mismo acontecimiento, como nos enseñaba Ortega y Gasset existen multitud de perspectivas con respecto a un mismo objeto. Puede ocurrir que algo que a muchos hagan llorar, a ti te haga reír o al contrario. Considero pues que cada persona es única y sus emociones impredecibles.


Desde mi punto de vista y tras replantearme qué cosas son las que me hacen llorar, he llegado a concluir que soy una persona bastante sensible tanto a la hora de soltar lágrimas tanto de tristeza como de alegría. La pérdida de un ser querido o la partida de un amigo a otro país son sucesos que evidentemente nos provocan tristeza a todos cada vez que ocurren , no obstante tienen lugar momentos en los que lloras desconociendo su causa y que, al volver a repetirse los dichos, no reaparecen lágrimas en tus ojos.


Me llama mucho la atención cuando alguien llora al escuchar una canción, nunca he llegado a experimentar esa sensación, quizá porque no me he topado aún con la canción adecuada. En mi opinión los individuos que lloran con canciones es porque éstas les provocan leves recuerdos por los cuales sienten nostalgia.


A sabiendas de que aquello que me hizo llorar en su momento es un tanto absurdo, me dispongo a compartirlo con vosotros ya que es totalmente atípico.
Hace meses, mantuve una interesante charla con mi prima la cual me mostró su apreciación a la filosofía de Platón. Aun no había comenzado el curso y yo desconocía que cierto personaje iba a aparecer en mis apuntes posteriormente. A medida que iban pasando los días pude comprobar que la filosofía que se imparte en primero es radicalmente distinta a la de segundo, la cual me atraía más.

Tras varios filósofos apareció Platón, automáticamente me acordé de mi prima y de sus pensamientos lo que hizo que de alguna manera estudiara al autor con mayor dedicación. El mito de la caverna del que tanto había oído llegó a mi. Al principio era confuso pero poco a poco iba estableciendo una relación con la sucesión de frases platónicas.
Llegó el momento de estudiar.



Tras la repetición ilógica de mis apuntes, dado que a mi parecer estaban mal hechos (soy una persona bastante perfeccionista), me dispuse a metérmelo en la cabeza. Una vez terminada mi labor, releí el mito de la caverna para comprobar que mi cerebro era capaz de comprender a este personaje y, para mi sorpresa lloré. No sabía exactamente por qué lloraba, quizá me producía tristeza que los esclavos no pudieran salir de la cueva y el hombre libre estuviera solo en la inmensidad.

 "que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz"

Ni idea, pero me resultó extremadamente extraño que un escrito, el cual no pretende para nada provocar lágrimas en el lector, terminara produciéndome dicha sensación. Nunca había llorado con la lectura de un libro, algo que me desagrada pues aún busco alguno que me provoque dicho sentimiento, por esa razón me exaltó tanto dicho acontecimiento. Pasaron los días y realicé el examen el cual me salió bastante bien, pues había contactado de una manera especial con el filósofo.


Me resultó graciosa mi reacción ante el mito de la caverna, no obstante Platón se esfumó dejando paso a otros autores. Con el paso del tiempo decidí  volver a leer dicho escrito para comprobar si me produciría la misma emoción, asombrosamente, ya no lloraba, lo que me llevaba  a reflexionar en múltiples ocasiones por qué lloré anteriormente y en ese instante no.

A día de hoy sigue tratándose de un misterio sin resolver, el cual me lleva a pensar que existen situaciones que  te sorprenden provocando una sensación jamás esperada. Llorar sin un por qué no es precisamente fascinante sin embargo sé que mis lagrimas se escaparon de mis ojos por una especial relación que estableció mi cerebro entre mi prima, Platón, y el mito lo cual es realmente mágico.

En mi opinión el acontecimiento de sucesos extraños tales como este permiten al individuo reflexionar y desear que éstos ocurran de vez en cuando; aunque aquello que me hizo llorar ya no cuenta con ese poder… Lo cual significa que “algo” se lo ha robado para provocar lágrimas en otros individuos.


Llorar, de alegría, de tristeza o… ¿de qué? Pienso que esta es una experiencia incomprensible que a su vez presenta una pizca de inquietud. Cabe añadir que esta ha sido la cosa más sorprendente por la que he llorado.


"La acción de llorar se ha convertido en algo que habitualmente hacen los seres vivos y de la cual no prestamos atención, no obstante si lo pensamos, qué rareza es esa de soltar agua por aquella parte del cuerpo que nos permite observar"

martes, 26 de febrero de 2013

Reflexiones acerca de la caligrafía


A veces pensamos que a la hora de reflexionar debemos de hacerlo sobre un tema complicado, complejo, que sin lugar a dudas tenga muchos detalles y aspectos a analizar. En este caso, no vamos a dedicarnos a reflexionar sobre ese tipo de cosas. En primer lugar, nos apoyaremos en la experiencia sensible, es decir, tras realizar un experimento, obtenido del libro "101 experiencias de filosofía cotidiana", tendremos el honor de expresar nuestros pensamientos y dar a conocer nuestras sensaciones.



 Desde mi punto de vista es asombroso cómo, mientras estas realizando el experimento gustosamente seleccionado se te pasan muchas cosas por la cabeza. Podría haber elegido cualquier otra experiencia, puesto que había muchas y todas eran bastante curiosas, pero debido a mi relación con el papel y el bolígrafo, decidí escoger: "Hacer caligrafía"


El procedimiento es sencillo y el material necesario para realizarlo es escaso, con un papel y un bolígrafo ya contaba con lo necesario para empezar. Dicho experimento consistía en lo siguiente:

Durante 30 minutos debía estar escribiendo sobre el folio en blanco con la mayor claridad y calidad posible. De manera que mi letra fuera legible y las frases se encontraran dispuestas paralelamente. A su vez, tenía que escribir de forma continuada, y a ser posible, sin parar. El contenido del texto era insignificante puesto que lo importante del ejercicio era la grafía. De este modo,  las palabras por consiguiente no tendrían valor y la forma de escritura y la disposición de las letras adquirirían un valor primordial. Concentración, ganas y paciencia eran los elementos necesarios para realizar este sencillo experimento.


Hoy en día, afortunados como nosotros, tenemos una significativa relación con la escritura ya que nos pasamos el día moviendo nuestra mano derecha, o izquierda, o las dos, por diferentes razones. Cuando tenemos cierta edad acudimos a ese lugar llamado colegio, allí nos enseñan a escribir repasando líneas de puntos que forman las letras del abecedario. Poco a poco somos capaces de construir frases de modo que nos vamos soltando en este ámbito. 
Una vez que hemos crecido, hemos adquirido una forma de escribir personalizada, ya no escribimos todos iguales y tenemos nuestra propia letra.


 Efectivamente, tengo una letra propia, pero digamos que es un tanto peculiar lo que provoca que en varias ocasiones la gente no la entienda y tenga que hacer incluso un esfuerzo por leerla. La situación en la que me encuentro no es nada favorable puesto que me espera una selectividad que afrontar, y próximamente, una carrera, y si mi letra sigue calificándose como desastrosa voy a tener serios problemas. Al realizar este experimento me he dado cuenta de varias cosas, y reconozco que me ha sido muy útil llegar a las siguientes conclusiones:


Mientras que escribía mi mente solo pensaba en hacer una caligrafía medianamente legible y buena, (tampoco pretendía que fuera perfecta puesto que en un instante no puedo eliminar algo que he adquirido desde pequeña) de manera que no pensaba en el contenido de las letras, lo que me permitía estar totalmente concentrada en una sola acción. A medida que fluía la escritura me percataba de que mi letra se entendía, e incluso podía escribir recto sin la necesidad de usar plantilla (como hago habitualmente). Pasado un rato me sentía como si estuviera haciendo un examen, me encontraba tensa, mi mano agarraba el bolígrafo intensamente como si este se quisiera escapar, y el grado de concentración era muy alto. Al no poder parar la presión era similar a la que tiene lugar en medio de un examen donde si te paras un segundo, el tiempo se va volando y apenas te da tiempo a terminar. A pesar de la mejoría que notaba en mi letra encontraba que apretaba mucho el bolígrafo sobre el papel lo que provocaba un leve dolor en mis dedos.


Al finalizar la experiencia cogí el papel  plagado de letras sin ton ni son y observé cada una de las frases dispuestas en paralelo, estaba satisfecha, mi letra era un poco diferente a la que suelo hacer. Pero, en mi opinión, no podría escribir de esa forma siempre. En este caso, solo me he centrado en la caligrafía, sin embargo, si me hubiera parado a pensar en lo que estaba escribiendo, mi concentración se hubiera dirigido solo y exclusivamente al contenido de las palabras. Por otro lado, he podido percatarme de que escribir correctamente y con claridad me supone un gran esfuerzo, quizá sea porque no estoy acostumbrada a ello, o tal vez porque el ser humano es flojo por naturaleza.


 Lo cierto es que la mejora de mi letra me supone el doble de concentración que a una persona medianamente normal. Creo que cuando escribimos no pensamos en si la letra es correcta puesto que lo verdaderamente interesante es su contenido. De todas formas ¿de qué me sirve escribir si nadie lo va a entender? Por lo tanto, he decidido repartir mi concentración, una parte la dedicaré a la letra, y la otra al contenido de las palabras. Claro que esto no es fácil, y menos para mí, pero el ejercicio que he realizado me ha hecho ver que mi caligrafía puede dejar de ser dura.


Por último añadir que existen muchos elementos que condicionan nuestra forma de escribir, pero los más destacados son:

-El tiempo, cuando quedan cinco minutos para que termine un examen y te quedan varias frases por plasmar, la caligrafía es lo menos importante.

-El clima, cuando hace mucha calor el cuerpo tiende a sudar, de modo que el bolígrafo se resbala entre los dedos dando lugar a una emocionante lucha entre el papel y el utensilio.

Espero que esta intención de hacer mi letra semejante a la que he hecho en este ejercicio sea duradera y dentro de un tiempo note una mínima evolución. Yo me conformo con que todos la entiendan y no sea dañina a la vista de nadie.


Puede resultar irónico, pero durante el desarrollo del experimento me replantee la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si mi letra cambiara radicalmente? En mi caso, ese suceso jamás sucedería a no ser que le dedicara mucho tiempo a ello, pero en ningún momento he pensado en ello. Las personas marcan su personalidad a través de la manera en la que realizan acciones. Sería raro que mi letra dejara de ser la que es. No me siento orgullosa de ella, pero pertenece a mi...


-Me resultó muy gracioso leer  lo que había escrito.

- En 30 minutos había llenado un folio de múltiples incoherencias.


          "Escribir con claridad, tarea fácil para muchos, un gran reto para pocos"

sábado, 16 de febrero de 2013

Z de Zenón y su tortuga


Tras leer minuciosamente el capítulo perteneciente al libro “El escarabajo de Wittgenstein”, he seleccionado varia ideas fundamentales que, quizá, sean útiles a la hora de entender el siguiente experimento mental.


Z de Zenón y su tortuga

Cabe decir que Zenón fue un filósofo griego nacido en Elea y lo conocemos por ser discípulo de Parménides de Elea, uno de los presocráticos más conocidos. A su vez, es uno de los primeros experimentadores mentales de los que se tiene constancia. Su principal objetivo es demostrar la certeza de la tesis de su maestro a través de sus experimentos.
Para demostrar la inexistencia del movimiento Zenón plantea dos experimentos mentales: la paradoja de la flecha y la paradoja de la carrera. En este caso, analizaremos 
detenidamente la segunda paradoja.

La paradoja de la carrera

Zenón imagina una carrera entre una tortuga, animal lento por naturaleza, y Aquiles, héroe considerado el más veloz de todos los hombres. En dicha carrera, Aquiles le permite una cierta ventaja a la tortuga y a continuación Aquiles sale tras ella. Para poder alcanzar a la tortuga, dicho personaje mitológico debe recorrer la misma distancia que la tortuga ya ha concluido anteriormente. Cuando Aquiles llega a la posición donde la tortuga estaba antes, el pequeño animal ya ha avanzado un poco más en su camino, de modo que, para volver a alcanzar a la tortuga Aquiles deberá de nuevo recorrer el tramo recorrido por la tortuga anteriormente.




Como podemos observar, este suceso se definiría como un bucle infinito en el que la tortuga avanza al mismo tiempo que Aquiles intenta adelantarla. La distancia entre Aquiles y la tortuga será cada vez más pequeña, pero nunca adelantará a ésta puesto que siempre habrá un número infinito que los separe.
Una vez planteado dicho experimento, se difundió rápidamente, llegando a aterrizar en las mentes de varios filósofos, algunos tan conocidos como Aristóteles, el cual prefirió rechazar la estrategia de dividir las cosas en unidades más pequeñas. Por otra parte, tienen lugar aquellos que intentaron resolver el problema a través de las matemáticas, considerando esta una ciencia cierta y segura. Para ello se basan en la siguiente propiedad:

Suma de una serie infinita cuyos números van disminuyendo su tamaño= número finito.



Por lo tanto, lo más probable será que Aquiles acabe adelantando a la tortuga. De todos modos, vemos como la paradoja de Zenón es correcta, sin embargo la realidad está en su contra.

Intención de Zenón

Pues bien, llegado a este punto, seguramente os haréis la siguiente pregunta: ¿A dónde quiere llegar Zenón planteando este experimento mental?

Con esta paradoja, nuestro autor pretendía demostrar que nuestros conceptos de infinito y divisibilidad nos conducen a conclusiones que rozan lo absurdo. Además nos permite darnos cuenta de cuán endeble e insostenible es nuestro sentido común, unido a las nociones de tiempo, espacio e infinito. Una verdad que siempre ha estado ahí.
Del mismo modo que el filósofo romano Lucrecio, Zenón se plantea qué hay más allá del universo. Una cuestión, como podemos observar, muy relacionada con la paradoja anterior, pues habitamos en un universo infinito, según nos han transmitido los físicos de la actualidad.

Vivimos en una especie de burbuja de Hubble, un universo definido por el recorrido de la luz desde su existencia hasta nuestros días que se seguirá extendiendo. Al mismo tiempo, mundos paralelos rodean al nuestro, en los cuales, según el catedrático de física Max Tegmark, existen copias exactas de nosotros mismos. La idea es ciertamente descabellada y carece de sentido común, pero Max prefiere concebir la realidad de una forma simple donde todo lo que existe, lo hace todo el tiempo. Por ello, descarta la opción de crear teorías complicadas.

Para concluir, existen varios elementos que son invisibles al ojo humano, de modo que si quisiéramos probar la existencia de las teorías mencionadas anteriormente, no podríamos hacerlo a través de un experimento sensible, resultaría más fácil mediante un experimento mental, pero al fin y al cabo son teorías, que por su naturaleza no pueden ser verificadas.

Me resulta muy difícil reflexionar sobre este experimento mental  puesto que, como bien dice Zenón, tenemos conceptos absurdos de infinito o divisibilidad. Sin embargo, al realizar el mismo, me pregunté varias veces por qué Aquiles nunca alcanza a la tortuga si éste se trata del hombre más veloz de todos. Si mi cerebro no me decepciona, y la paradoja me ha transmitido lo correcto, pienso que esto no es un ejemplo real, porque la tortuga en la realidad nunca le ganaría a un atleta, por lo que es un juego de ingenio, en un mundo con reglas específicas. 

Desde mi punto de vista, la paradoja tiene bastante sentido si descartamos la existencia de las facultades físicas de los diferentes participantes de la carrera, por eso mismo menciono que se trata de un juego de ingenio no aplicable a la realidad. Aunque hoy en día nos pueda parecer absurdo, Zenón tenía sus razones para pensar que su conclusión no era equivocada , pues en su forma de pensar la razón era una herramienta más potente y mucho más fiable que los sentidos, que nos pueden engañar fácilmente. De esta forma, utilizando la lógica llegaríamos a la anterior conclusión por mucho que nuestros ojos 
(sentidos) vieran a Aquiles adelantar a la tortuga.

A continuación os muestro un video bastante gracioso que encontré explorando por youtube el cual refleja la nombrada paradoja de Zenón a través de la animación de muñecos.



sábado, 8 de diciembre de 2012

Desconectar para conectar



Año 2012, tecnología que evoluciona, personas influenciables fácilmente y un aparato electrónico que nos permite hablar, chatear, mandar mensajes, hacer fotos, videos etc. Analicemos la situación...



Al ver este video detenidamente, las personas automáticamente se identificarán con las que aparecen en él. Podemos observar cómo mientras que una persona está usando su móvil, se abstrae en un mundo, el mundo del móvil, ignorando todo aquello que ocurre a su alrededor. En ese mundo no se percata de la presencia de los seres queridos siendo estos invisibles y no reconoce el valor de la compañía. Finalmente, las personas se paran un momento a reflexionar, y se dan cuenta de que el móvil los ha transportado a su mundo y no les ha permitido pasar más tiempo junto a su familia, pareja o amigo.

La influencia del móvil en la sociedad es cada vez mayor, hoy en día es un medio por el cual todos estamos conectados a todas horas, esto hace que pasemos la mayor parte del día pendientes de él . De esta forma, el tiempo pasa sin darnos cuenta de ello. Como bien sabemos, el tiempo es oro y el hecho de pasarlo delante del móvil  supone malgastarlo. ¿Cuántas cosas nos estamos perdiendo mientras que miramos la pantalla de semejante aparato?

La tecnología atrae, y mucho, a jóvenes, adultos  e incluso niños, hasta el punto de que se convierte en un vicio del que es casi imposible salir. Hoy en día gran parte de la población tiene acceso a internet en el móvil lo que permite a la persona utilizar aplicaciones tan conocidas como "WhatsAap" o "twitter" en todo momento.

La repercusión que tendrá la situación en la que nos encontramos será grave, por ello, es preciso crear campañas como la presente en este video para concienciarnos de que ese mundo en el que nos abstraemos no puede ser el único, también existe el mundo real en el que vivimos.  ¿Qué mejor forma de vivirlo junto a tus seres queridos y haciendo lo que te gusta? 

El móvil es una herramienta fundamental, imprescindible, es de gran utilidad y además es atractivo, pero debemos saber controlar su uso ya que éste puede llegar a crear un estado de dependencia al individuo en el cual sea difícil despegarse de él. Los niños y jóvenes sueles ser los más afectados debido a su ingenuidad; el móvil es la causa del fracaso escolar en muchas ocasiones debido a que éstos no pueden controlar su necesidad de usar dicho aparato a todas horas.


En mi opinión llegará un momento en el que el diálogo directo entre personas se perderá y todo el mundo se comunicará mediante el teléfono móvil. Es triste ver que la evolución de la sociedad tiende a este final... Pero todavía estamos a tiempo de administrar nuestro tiempo y no abusar del móvil. Cada día observamos casos en los que la persona se abstrae en su mundo e ignora lo demás. Cuando fui de viaje con mi familia a Galicia, vi como varios chavales se encontraban tomando un refresco  alrededor de una mesa, pero no hablaban entre sí, ambos se encontraban callados sin ni siquiera cruzar miradas. Claro que no lo hacían, sus ojos estaban fijos sobre la pantalla de un móvil. Si buscáramos por la ciudad cuántos jóvenes aún no tienen acceso a internet en el móvil probablemente serían pocos. Me encuentro entre ellos y no me avergüenzo de ello.


Pienso que podemos llevar una vida en la que no dependamos de un aparato insignificante y podamos tener control sobre nosotros mismos. Vivir junto a tu familia y amigos aprovechando el tiempo y no cayendo en el vicio. De todas formas, todos tenemos vicios, el móvil suele ser es uno de ellos. Pero no todo en cuanto al móvil se refiere es perjudicial. Los avances han permitido que podamos buscar mapas y así no perdernos o acceder a cualquier tipo de información siempre que lo deseemos.
Para concluir, el mundo del móvil no debe convertirse en un obstáculo para que desarrollemos nuestra vida real con normalidad. Debemos tener control sobre nosotros mismo y hacer un uso del móvil moderado. Desde el mundo real comunico a la sociedad:

"Recordad que el mundo donde vivís es el más relevante de todos, luego de nada servirá arrepentiros"

( También formo parte de la sociedad pero me considero diferente a ella)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

"Escobas y aquelarres" perteneciente al libro: Vacas, cerdos y brujas de Harris Marvin


Tal vez nunca hayamos sentido curiosidad por un mundo tan lejano y aislado como es el de la brujería. Este es el momento de descubrir varias curiosidades acerca de individuos que fueron buscados, torturados e incluso quemados por obra de los llamados cazadores de brujas durante los siglos xv y xvii, donde tuvieron una gran repercusión.
Para comenzar, aquellos que eran acusados de brujería debían confesar qué tipo de práctica habían realizado. Como este hecho no era habitual, esto no quiere decir que muchos contaran la verdad voluntariamente, se les sometían a torturas rutinariamente de modo que los acusados se veían obligados a confesar. Si las brujas intentaban retractarse, la tortura era aún más intensiva; también cabe destacar que los examinadores obligaban a los acusados a precisar información acerca de otras personas de su misma condición asistentes a los aquelarres, en caso contrario la tortura se volvía cada vez más insoportable.
Una vez que las brujas declaraban su brujería, eran automáticamente quemadas en la hoguera. Es preciso mencionar que no todas las brujas lo eran realmente, una gran cantidad de acusados fueron aniquilados injustamente mientras que la identidad de otros nunca fue revelada a pesar de tener conocimientos sobre la brujería.
El suceso narrado por Charles Henry Lea refleja la común situación de una acusada que se contradice en sus múltiples declaraciones y finalmente es quemada en la hoguera tras largos días de tortura.
Múltiples barbaridades y violaciones se han cometido en contra de los culpables de brujería a lo largo de la historia, pero no debemos olvidar que éstos afectaron gravemente a la sociedad en varios aspectos, algunas de sus acusaciones más mundanas fueron destruir cosechas, robar y comer niños o reunirse ilegalmente en aquelarres, lugares donde se reunían las brujas para celebrar rituales.
Europa ha sido el lugar más invadido por las brujas por excelencia. La Iglesia también quiso dar su opinión acerca de la brujería. Ésta sostenía que el viaje por el aire, una de las acusaciones más habituales, era una ilusión provocada por el diablo.
Como consecuencia tiene vigencia el Canon Episcopi, un documento eclesiástico que protegía a las brujas de la Inquisición. Sus prácticas eran consideradas un crimen, pero no una herejía.
Finalmente este documento queda anulado y aparecen los progresivos descubrimientos acerca de ungüentos utilizados por las brujas principalmente para realizar el vuelo en escoba.
En mi opinión, todo lo relacionado con la brujería es bastante interesante y sorprendente a la vez, podría haber especificado más curiosidades, pero a mi parecer las ideas principales que Harris Marvin quería resaltar son las mencionadas anteriormente.
No obstante, la idea de “el diablo puede hacernos creer que vosotros u otros viajáis por la noche, pero ni vosotros ni ellos pueden hacerlo realmente” sería un breve resumen de lo que dicta el Canon Episcopi.
Es algo así como una ilusión creada en nosotros, algo que no existe pero que permanece como idea en nuestra cabeza, una tentación del diablo, desde un punto de vista religioso.
Hoy en día resulta imposible la existencia de personas con poderes sobrenaturales de semejantes características.
El hecho de volar en escoba o la existencia de ungüentos para hacerlo es bastante increíble.
Todo esto solo puede ocurrir en sueños, y no en el mundo real, por tanto, no podemos acusar a personas de brujería, de volar en escoba, por ejemplo, porque realmente estamos creyendo en ese suceso, pero no hay nada que pruebe su realidad.
Por otra parte el método empleado por los cazadores de brujas para hacerlas confesar, es un método absurdo, no podemos comprobar si una persona posee conocimientos sobre la brujería o no, si la amenazamos con violaciones y todo tipo de daños. Ante ese caso, una persona prefiere morir directamente, sin sufrir, a estar sufriendo innecesariamente, ya que tarde o temprano su destino es la hoguera, independientemente de que su confesión sea o no verdadera. El número indefinido de víctimas era totalmente innecesario, muchas personas fueron quemadas en la hoguera de una forma injusta.
Con respecto a los ungüentos utilizados por las brujas en particular, los individuos que se untaban estas sustancias por sus distintas partes del cuerpo caían en un profundo sueño, y al despertar estaban convencidos de que habían estado en otro mundo y habían experimentado variadas sensaciones. Estas sustancias me resultan bastante familiares a las drogas, tienen los mismos efectos, lo que explicaría el poder de la imaginación de las brujas a la hora de realizar sus prácticas.
Para concluir, si todo era producto de la imaginación de las personas, llego a la conclusión de que muchos fueron acusados y quemados en sueños ajenos, y las brujas verdaderas nunca fueron descubiertas debido a su habilidad de jugar con la imaginación de los demás. Aún así, ¿quién puede decir con certeza que la brujería no fuera una realidad humana?

El Aquelarre (Goya)